La capital administrativa de las Islas Baleares, Palma de Mallorca ( Palma a secas desde hace unos años ), se ha convertido con el paso de los años en una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo. Así lo certificó un estudio realizado por el diario británico The Times en 2015, donde se aseguraba que residir en Palma era todo un lujo.

Sus playas cercanas, de aguas turquesas, puertos deportivos y gastronomía, hacen las delicias de los turistas año tras año, convirtiéndola en uno de los destinos favoritos de Europa para viajar en vacaciones. Su aeropuerto internacional Son Sant Joan, es el más concurrido del viejo continente durante los meses de verano, con continuos aterrizajes y despegues de aviones procedentes de todas las partes del mundo.

El turismod e la isla se nutre fundamentalmente de europeos de Reino Unido, Francia, Rusia, Italia y como no, de alemanes. Estos últimos suponen en porcentaje la mayor colonia de viajeros, a diferencia con el resto de las islas que conforman el archipiélago balear, donde los británicos son mayoría. Además, la isla de Mallorca registra un alto nivel de empadronamientos de ciudadanos alemanes, en su mayoría jubilados que permanecen en la isla durante los meses de invierno, donde el clima en su país es mucho más severo. De hecho, muchos de ellos han decidido en los últimos 20 años adquirir propiedades, y hacerse a la vida isleña como un mallorquín más.

La convivencia con este tipo de turismo adinerado es sencilla y agradable. Tanto los lugareños como los extranjeros se han adaptado a compartir sus vidas en una misma ciudad, en una misma isla. No así con algunos turistas estacionales, como los alemanes que llegan en masa a la Playa del Arenal, o los británicos que aterrizan en Magalluf, que generan numerosos problemas de orden publico en las noches de verano.

Todo este movimiento genera un flujo económico muy positivo para la isla. El nivel de vida es uno de los mas altos de España. Los precios en general son altos en comparativa con otras ciudades españolas del mismo nivel poblacional. La economía de la isla se basa fundamentalmente en el turismo, la hostelería y restauración y venta de pieles.

El sector primario presenta variedad de resultados. Desde la ganadería que no es muy fuerte, salvo por la leche para la elaboración de quesos típicos de la isla, hasta la pesca que ha sido un sector fuerte ( espectacular la antigua Lonja de Palma ) y que se ha visto afectada por la contaminación y sobrepesca de los últimos años.

En el sector secundario, la industria representa el 20% aproximadamente del PIB de las islas baleares. Destaca la construcción , como sector fuerte pese a la caída que sufrió en los años de crisis. La bisutería, la piel y el mobiliario de mimbre también es representativo de la isla. El sector terciario es el rey de la economía de la isla. Ocupa al 70% de la población activa, ya que comprende el sector turístico en general, motor de las Islas Baleares. Con este panorama económico, es fácil comprender que hay una gran oferta turística y por tanto una competencia extrema. Las empresas acuden en masa a las agencias de publicidad, empresas de reparto de folletos, buzoneo, reparto en mano, azafatas o a pegadas de carteles promocionando productos, eventos y servicios, en especial en temporada alta. Un ejemplo de una de las empresas de reparto de publicidad más exitosas de la isla es Sercom Publicidad, líder del sector en las islas. Escoger una agencia de publicidad que te garantice un trabajo honesto y correcto es fundamental para poder hacerse hueco en un mercado tan peleado como el mallorquín.